jueves, 29 de mayo de 2008

JUNIO MES DE CONQUISTA: EL DESIERTO NO ES TU DESTINO - Reflexión del Pastor Alberto Calviño)

La historia de Israel es por demás rica en relatos que tienen como propósito aleccionarnos sobre diferentes temas relacionados con nuestra vida cristiana. En el libro de Éxodo se nos narra parte de la historia de este pueblo, mas específicamente su salida de Egipto y su paso por el desierto, no debemos olvidar que Israel era un pueblo llamado a conquistar la Tierra que Dios había prometido a Abraham, ese era su destino.

A- Hay diferentes etapas por las que Israel tuvo que atravesar en este período.

1. La etapa de la libertad
Recordemos que era un pueblo esclavizado por el Imperio Egipcio y que Dios oyó el gemido del sufrimiento de su pueblo por lo que levantó a Moisés como el gran libertador que los sacó de la tierra de servidumbre. De la misma manera que cada uno de aquellos que hemos conocido al Señor, hemos sido libertados de la esclavitud del pecado y del sistema que gobierna este mundo.

2. La etapa de la consagración
Dios los llevó frente a diferentes situaciones que buscaban un cambio, una transformación en el corazón de su pueblo. Nosotros, aunque Dios nos ha hecho libres, necesitamos pasar por ese mismo proceso de consagración.

3. La etapa del compromiso
Cuando este pueblo se comprometiera en alma y corazón con los propósitos de Dios, obedeciéndole, creyéndole y siguiendo sus caminos. Esto también es parte de la salvación, no solo hemos sido salvos para escapar de la condenación eterna, sino para comprometernos con los propósitos de Dios para nuestra vida y para nuestra comunidad.

Para todo ello el desierto tenía un papel preponderante en el plan de Dios para con su pueblo. Era el ámbito propicio para tratar con este pueblo al que el mismo Dios describe como “cabeza dura”.

Es importante entender que todos debemos pasar por un desierto en nuestras vidas y ese desierto tiene como finalidad, entre otras cosas, que adquiramos un compromiso mayor con el reino de Dios.

Seguramente el desierto no es el lugar que elegiríamos nosotros, es mas, siempre estamos procurando evadirlo, y no solo eso, sino que también, frecuentemente oramos pidiendo al Señor que nos libre de esa situación. Pero no olvidemos que hasta Jesús tuvo que pasar por el desierto y que, aunque no sea un lugar agradable, sí es un lugar que Dios ha utilizado y sigue utilizando al tratar con cada uno de nosotros.

B- Hay algunas verdades importantes sobre el desierto

1- El desierto es un lugar de pruebas
Esta es una de las características que se desprenden de los diferentes personajes bíblicos que tuvieron que atravesar un desierto, tanto literal como espiritual. Es un lugar donde nuestra consagración y fidelidad a Dios, que hemos declarado tantas veces con nuestras palabras, que hemos sellado tantas veces pasando al altar y rindiéndole todo al Señor y que proclamamos en cada reunión a través de una gran cantidad de canciones, debe ser probada. Es muy fácil declarar y proclamar la consagración y la fidelidad al Señor, pero otra cosa muy diferente es vivirla y especialmente cuando tenemos que atravesar por el desierto.

2- El desierto es un lugar de sequía
Parte de las pruebas por las que tuvo que atravesar el pueblo escogido por Dios tuvieron que ver con esta particularidad del desierto. La escasez de agua es típica de estas regiones y esto constituye una realidad que acarrea innumerables problemas y dificultades.

3- El desierto es un lugar de lucha
Siempre, en la Palabra de Dios el desierto se encuentra relacionado con algún tipo de lucha.
Uno de los ejemplos más contundentes es el desierto que tuvo lugar en la vida de Jesús. (Mr. 1:12-13). Para Jesús el desierto es un lugar de enfrentamiento con los poderes de las tinieblas. Allí el Señor fue tentado por el mismo diablo, intentando desviarlo del propósito para el cual había venido a este mundo.

4- El desierto es un lugar de paso
Esta es una verdad que debemos tener siempre presente, de lo contrario vamos a volver a cometer los mismos errores que el pueblo de Israel y vamos a retrasar demasiado el plan y el propósito de Dios para nuestras vidas.

· Israel debía pasar por el desierto.
· Israel debía dejar el desierto.
· Israel se quedó demasiado tiempo en el desierto.

Si has estado demasiado tiempo en el desierto es un buen momento para examinar tu vida y determinar con la guía del Espíritu Santo que es lo que te ha hecho estancar en ese lugar, si has creído que ese lugar es lo que Dios te preparó quiero decirte que es un grave error y que estás en el lugar equivocado (Heb. 4:1-11), no fuiste rescatado de la esclavitud para vivir en el desierto, sino para experimentar la vida abundante que Cristo compró a precio de sangre y que ninguno de nosotros podemos darnos el lujo de menospreciar.

Nunca lo olvides “el desierto no es tu destino”.

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