Tema: Oportunidad de Conocer
Título: Escucha la voz de la sabiduría
Autor: Rvdo. Alberto S. Calviño
Fecha: 13-02-11
Texto: Prov. 8
Introducción:
A- Sinónimos de la sabiduría
Inteligencia vs. 1
Prudencia vs. 5
Discernimiento vs. 5
Instrucción vs. 10
Conocimiento vs. 10
Discreción vs. 12
Consejo vs. 14
Buen Juicio vs. 14
Entendimiento vs. 14
B- Antónimos de la sabiduría
Inexpertos vs. 5
Necios vs. 5
Faltos de juicio 9:4
Insensatez 9:6
Ignorancia
El dramaturgo Jacinto Bena vente, ganador del premio nobel de literatura, en 1922 recorría el país en ferrocarril junto a la actriz Lola Membrives.
En cada ciudad fue interrogado sobre su opinión de la argentina.
Cuando llegó al puerto para embarcar, en el minuto previo al retir de la escalerilla arreciaron las demandas, entonces disparó un cañonazo: “Armen la única palabra posible con las letras que componen la palabra argentino“. Benavente entró en el barco y desapareció. Su figura ya no estaba a la vista cuando los que lo escucharon pudieron descifrar el acertijo. La única palabra que se construye con las letras de argentina es “ignorante“.
C- Beneficios de la sabiduría
Riquezas vs. 18
Honra vs. 18
Prosperidad vs. 18
Bienes duraderos vs. 18
Poder vs. 14
Legislar justamente vs. 15
Gobernar justamente vs. 16
Proposición: LA SABIDURIA Y EL CONOCIMIENTO ESTAN DISPONIBLES PARA CADA UNO DE NOSOTROS Y DEPENDERA DE NOSOTROS SI LA BUSCAMOS O LA IGNORAMOS.
O.T.: Escuchamos en este pasaje la voz de la sabiduría
I- LA SABIDURÍA LLAMA
1 ¿Acaso no está llamando la sabiduría? ¿No está elevando su voz la inteligencia?
II- LA SABIDURÍA LLAMA DESDE TODO LUGAR
2 Toma su puesto en las alturas, a la vera del camino y en las encrucijadas.
3 Junto a las puertas que dan a la ciudad, a la entrada misma, grita a voz en cuello:
III- LA SABIDURÍA LLAMA A TODA LA HUMANIDAD
4 «A ustedes los hombres, los estoy llamando; dirijo mi voz a toda la humanidad.
5 Ustedes los inexpertos, ¡adquieran prudencia! Ustedes los necios, ¡obtengan discernimiento!
6 Escúchenme, que diré cosas importantes; mis labios hablarán con justicia.
7 Mi boca expresará la verdad, pues mis labios detestan la mentira.
8 Las palabras de mi boca son todas justas; no hay en ellas maldad ni doblez.
9 Son claras para los entendidos, e irreprochables para los sabios.
IV- LA SABIDURÍA LLAMA A ELEGIR
10 Opten por mi instrucción, no por la plata; por el conocimiento, no por el oro refinado.
11 Vale más la sabiduría que las piedras preciosas, y ni lo más deseable se le compara.
V- LA SABIDURÍA LLAMA CON AUTORIDAD
12 »Yo, la sabiduría, convivo con la prudencia y poseo conocimiento y discreción.
13 Quien teme al Señor aborrece lo malo; yo aborrezco el orgullo y la arrogancia, la mala conducta y el lenguaje perverso.
14 Míos son el consejo y el buen juicio; míos son el entendimiento y el poder.
15 Por mí reinan los reyes y promulgan leyes justas los gobernantes.
16 Por mí gobiernan los príncipes y todos los nobles que rigen la tierra.
17 A los que me aman, les correspondo; a los que me buscan, me doy a conocer.
18 Conmigo están las riquezas y la honra, la prosperidad y los bienes duraderos.
19 Mi fruto es mejor que el oro fino; mi cosecha sobrepasa a la plata refinada.
20 Voy por el camino de la rectitud, por los senderos de la justicia,
21 enriqueciendo a los que me aman y acrecentando sus tesoros.
VI- LA SABIDURÍA LLAMA DESDE LA ETERNIDAD
22 »El Señor me dio la vida como primicia de sus obras, mucho antes de sus obras de antaño.
23 Fui establecida desde la eternidad, desde antes que existiera el mundo.
24 No existían los grandes mares cuando yo nací; no había entonces manantiales de abundantes aguas.
25 Nací antes que fueran formadas las colinas, antes que se cimentaran las montañas,
26 antes que él creara la tierra y sus paisajes y el polvo primordial con que hizo el mundo. 27 Cuando Dios cimentó la bóveda celeste y trazó el horizonte sobre las aguas, allí estaba yo presente.
28 Cuando estableció las nubes en los cielos y reforzó las fuentes del mar profundo;
29 cuando señaló los límites del mar, para que las aguas obedecieran su mandato; cuando plantó los fundamentos de la tierra,
30 allí estaba yo, afirmando su obra. Día tras día me llenaba yo de alegría, siempre disfrutaba de estar en su presencia;
31 me regocijaba en el mundo que él creó; ¡en el género humano me deleitaba!
CONCLUSIÓN
32 »Y ahora, hijos míos, escúchenme: dichosos los que van por mis caminos.
33 Atiendan a mi instrucción, y sean sabios; no la descuiden.
34 Dichosos los que me escuchan y a mis puertas están atentos cada día, esperando a la entrada de mi casa. 35 En verdad, quien me encuentra, halla la vida y recibe el favor del Señor.
36 Quien me rechaza, se perjudica a sí mismo; quien me aborrece, ama la muerte.»
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