La primer pareja en casarse fue la de Alex Freyre y José María Di Bello, quienes habian intentado casarse en la Capital Federal, a principios de diciembre de este mes, recordemos que esta pareja gay, fue hospedada en el Hotel Albatros y el gasto corrio por cuenta del InFueTur, desde hace una semana, que es el tiempo que estos personajes se encuentran en la ciudad y seria parte de una promoción del destino como ciudad gay-friendly y amistosa para esa clase de turismo. (Portal Crónicas Fueguinas)
Otra vez, tristemente, nuestra amada provincia de Tierra del Fuego ha sido noticia. En esta oportunidad por la autorización expresa de nuestra gobernadora para que se realice el primer casamiento en América Latina de personas del mismo sexo.
A contramano de dictámenes judiciales recientes.
A contramano de la realidad económica y social de la Isla, que no puede solucionar problemas realmente graves como la salud, la educación, el pago de los sueldos, las usurpaciones, etc. y no obstante ello invierte tiempo, energías y dinero para dar este lamentable espectáculo al mundo.
A contramano de una sociedad que todavía mantiene la esperanza de revalorizar a la familia tal como se la ha concebido desde siempre en prácticamente todas las civilizaciones, conformada por un hombre y una mujer quienes naturalmente tienen el potencial de engendrar hijos. Así nació, creció y se desarrolló la raza humana.
A contramano de lo manifestado en la Constitución Provincial, Artículo 28.- La familia es el núcleo fundamental de la sociedad y debe gozar de condiciones sociales, económicas y culturales, que propendan a su afianzamiento y desarrollo integral. El Estado Provincial la protege y le facilita su constitución y fines.
A contramano de la invocación expresa en la nuestra Constitución Nacional cuando dice: invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia. Ese Dios al que invoca nuestra Constitución, ese Dios al que llamamos los argentinos “fuente de toda razón y justicia‘, es el mismo Dios que dijo, hablando del matrimonio: “Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser.“.
Es bueno aclarar a esta altura que esta postura no es en contra de las personas, las cuales por el solo hecho de serlo merecen el mayor de los respetos, sino que tiene que ver con acciones y con la manera en que llamamos a las cosas, el nombre que le damos. Creo que así como no podemos llamar triángulo a un cuadrado y no podemos llamar madera al hierro, no podemos llamar matrimonio a otra cosa que no sea la unión de un hombre con una mujer.
Siento vergüenza ajena por esta decisión que, a decir verdad, no me sorprende porque está en línea con la intención del ex diputado Leonardo Gorbacz, testigo de la ‘boda‘, quien en su oportunidad propusiera en la cámara de diputados la despenalización de la tenencia de drogas.
Siento tristeza por ver a nuestra provincia en un estado tan lamentable, no solo en lo económico y social, sino también en lo moral.
Siento pena por tener que reconocer que finalmente los pueblos tienen los gobernantes que se merecen.
Pastor Alberto Calviño
Otra vez, tristemente, nuestra amada provincia de Tierra del Fuego ha sido noticia. En esta oportunidad por la autorización expresa de nuestra gobernadora para que se realice el primer casamiento en América Latina de personas del mismo sexo.
A contramano de dictámenes judiciales recientes.
A contramano de la realidad económica y social de la Isla, que no puede solucionar problemas realmente graves como la salud, la educación, el pago de los sueldos, las usurpaciones, etc. y no obstante ello invierte tiempo, energías y dinero para dar este lamentable espectáculo al mundo.
A contramano de una sociedad que todavía mantiene la esperanza de revalorizar a la familia tal como se la ha concebido desde siempre en prácticamente todas las civilizaciones, conformada por un hombre y una mujer quienes naturalmente tienen el potencial de engendrar hijos. Así nació, creció y se desarrolló la raza humana.
A contramano de lo manifestado en la Constitución Provincial, Artículo 28.- La familia es el núcleo fundamental de la sociedad y debe gozar de condiciones sociales, económicas y culturales, que propendan a su afianzamiento y desarrollo integral. El Estado Provincial la protege y le facilita su constitución y fines.
A contramano de la invocación expresa en la nuestra Constitución Nacional cuando dice: invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia. Ese Dios al que invoca nuestra Constitución, ese Dios al que llamamos los argentinos “fuente de toda razón y justicia‘, es el mismo Dios que dijo, hablando del matrimonio: “Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser.“.
Es bueno aclarar a esta altura que esta postura no es en contra de las personas, las cuales por el solo hecho de serlo merecen el mayor de los respetos, sino que tiene que ver con acciones y con la manera en que llamamos a las cosas, el nombre que le damos. Creo que así como no podemos llamar triángulo a un cuadrado y no podemos llamar madera al hierro, no podemos llamar matrimonio a otra cosa que no sea la unión de un hombre con una mujer.
Siento vergüenza ajena por esta decisión que, a decir verdad, no me sorprende porque está en línea con la intención del ex diputado Leonardo Gorbacz, testigo de la ‘boda‘, quien en su oportunidad propusiera en la cámara de diputados la despenalización de la tenencia de drogas.
Siento tristeza por ver a nuestra provincia en un estado tan lamentable, no solo en lo económico y social, sino también en lo moral.
Siento pena por tener que reconocer que finalmente los pueblos tienen los gobernantes que se merecen.
Pastor Alberto Calviño
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