lunes, 23 de junio de 2008

JUNIO MES DE CONQUISTA (PALABRA DEL 2003) - SERMON DEL DOMINGO 22-06-08 DAVID: ¿QUE TENÉS EN LA BOLSA? - Pastor Alberto Calviño

Texto: 1ª. Sam. 17:26-58
26 David preguntó a los que estaban con él: —¿Qué dicen que le darán a quien mate a ese filisteo y salve así el honor de Israel? ¿Quién se cree este filisteo pagano, que se atreve a desafiar al ejército del Dios viviente?

27 —Al que lo mate —repitieron— se le dará la recompensa anunciada.

28 Eliab, el hermano mayor de David, lo oyó hablar con los hombres y se puso furioso con él. Le reclamó: —¿Qué has venido a hacer aquí? ¿Con quién has dejado esas pocas ovejas en el desierto? Yo te conozco. Eres un atrevido y mal intencionado. ¡Seguro que has venido para ver la batalla!
29 —¿Y ahora qué hice? —protestó David—. ¡Si apenas he abierto la boca!
30 Apartándose de su hermano, les preguntó a otros, quienes le dijeron lo mismo.
31 Algunos que oyeron lo que había dicho David, se lo contaron a Saúl, y éste mandó a llamarlo.
32 Entonces David le dijo a Saúl:
—¡Nadie tiene por qué desanimarse a causa de este filisteo! Yo mismo iré a pelear contra él.
33 —¡Cómo vas a pelear tú solo contra este filisteo! —replicó Saúl—. No eres más que un muchacho, mientras que él ha sido un guerrero toda la vida.
34 David le respondió: —A mí me toca cuidar el rebaño de mi padre. Cuando un león o un oso viene y se lleva una oveja del rebaño,
35 yo lo persigo y lo golpeo hasta que suelta la presa. Y si el animal me ataca, lo sigo golpeando hasta matarlo.
36 Si este siervo de Su Majestad ha matado leones y osos, lo mismo puede hacer con ese filisteo pagano, porque está desafiando al ejército del Dios viviente.
37 El Señor, que me libró de las garras del león y del oso, también me librará del poder de ese filisteo. —Anda, pues —dijo Saúl—, y que el Señor te acompañe.
38 Luego Saúl vistió a David con su uniforme de campaña. Le entregó también un casco de bronce y le puso una coraza.
39 David se ciñó la espada sobre la armadura e intentó caminar, pero no pudo porque no estaba acostumbrado. —No puedo andar con todo esto —le dijo a Saúl—; no estoy entrenado para ello.
De modo que se quitó todo aquello,
40 tomó su bastón, fue al río a escoger cinco piedras lisas, y las metió en su bolsa de pastor. Luego, honda en mano, se acercó al filisteo.
41 Éste, por su parte, también avanzaba hacia David detrás de su escudero.
42 Le echó una mirada a David y, al darse cuenta de que era apenas un muchacho, trigueño y buen mozo, con desprecio
43 le dijo: —¿Soy acaso un perro para que vengas a atacarme con palos?
Y maldiciendo a David en *nombre de sus dioses,
44 añadió: —¡Ven acá, que les voy a echar tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo!
45 David le contestó: —Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a los que has desafiado.
46 Hoy mismo el Señor te entregará en mis manos; y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Hoy mismo echaré los cadáveres del ejército filisteo a las aves del cielo y a las fieras del campo, y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel.
47 Todos los que están aquí reconocerán que el Señor salva sin necesidad de espada ni de lanza. La batalla es del Señor, y él los entregará a ustedes en nuestras manos.
48 En cuanto el filisteo avanzó para acercarse a David y enfrentarse con él, también éste corrió rápidamente hacia la línea de batalla para hacerle frente.
49 Metiendo la mano en su bolsa sacó una piedra, y con la honda se la lanzó al filisteo, hiriéndolo en la frente. Con la piedra incrustada entre ceja y ceja, el filisteo cayó de bruces al suelo.
50 Así fue como David triunfó sobre el filisteo: lo hirió de muerte con una honda y una piedra, y sin empuñar la espada.
51 Luego corrió adonde estaba el filisteo, le quitó la espada y, desenvainándola, lo remató con ella y le cortó la cabeza. Cuando los filisteos vieron que su héroe había muerto, salieron corriendo.
52 Entonces los soldados de Israel y de Judá, dando gritos de guerra, se lanzaron contra ellos y los persiguieron hasta la entrada de Gat y hasta las puertas de Ecrón. Todo el camino, desde Sajarayin hasta Gat y Ecrón, quedó regado de cadáveres de filisteos.
53 Cuando los israelitas dejaron de perseguir a los filisteos, regresaron para saquearles el campamento.
54 Luego David tomó la cabeza de Goliat y la llevó a Jerusalén, pero las armas las guardó en su tienda de campaña.
55 Anteriormente Saúl, al ver a David enfrentarse con el filisteo, le había preguntado a Abner, general de su ejército: —Abner, ¿quién es el padre de ese muchacho?
—Le aseguro, Su Majestad, que no lo sé.
56 —Averíguame quién es —le había dicho el rey.
57 Tan pronto como David regresó, después de haber matado a Goliat, y con la cabeza del filisteo todavía en la mano, Abner lo llevó ante Saúl.
58 —¿De quién eres hijo, muchacho? —le preguntó Saúl.
—De Isaí de Belén, servidor de Su Majestad —respondió David.
Introducción:
A- El conquistador enfrenta el desprecio del enemigo – vs. 42
Le echó una mirada a David y, al darse cuenta de que era apenas un muchacho, trigueño y buen mozo, con desprecio
B- El conquistador enfrenta la burla del enemigo – vs. 43ª
le dijo: —¿Soy acaso un perro para que vengas a atacarme con palos?
C- El conquistador enfrenta la maldición del enemigo – vs. 43b
Y maldiciendo a David en nombre de sus dioses
D- El conquistador enfrenta la provocación del enemigo – vs. 44
añadió: —¡Ven acá, que les voy a echar tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo
E- El conquistador triunfa sobre el enemigo – vs. 45-50
45 David le contestó: —Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a los que has desafiado.
46 Hoy mismo el Señor te entregará en mis manos; y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Hoy mismo echaré los cadáveres del ejército filisteo a las aves del cielo y a las fieras del campo, y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel.
47 Todos los que están aquí reconocerán que el Señor salva sin necesidad de espada ni de lanza. La batalla es del Señor, y él los entregará a ustedes en nuestras manos. 48 En cuanto el filisteo avanzó para acercarse a David y enfrentarse con él, también éste corrió rápidamente hacia la línea de batalla para hacerle frente.
49 Metiendo la mano en su bolsa sacó una piedra, y con la honda se la lanzó al filisteo, hiriéndolo en la frente. Con la piedra incrustada entre ceja y ceja, el filisteo cayó de bruces al suelo.
50 Así fue como David triunfó sobre el filisteo: lo hirió de muerte con una honda y una piedra, y sin empuñar la espada.

Proposición:
EN ESTA HISTORIA DAVID NOS MUESTRA DE MANERA CLARA COMO UN CONQUISTADOR NO SE DEJA SORPRENDER POR LAS CIRCUNSTANCIAS, SINO QUE SIEMPRE ESTÁ PREPARADO Y CON LOS ELEMENTOS NECESARIOS PARA ALCANZAR LA VICTORIA.

O.T.: Preguntamos a David en esta noche ¿David que tenés en la bolsa?

I- TENGO LO QUE PREPARÉ
A- No podés ir al encuentro de un gigante desprevenido
B- No podés ir al encuentro de un gigante a ver que pasa
C- No podés ir al encuentro de un gigante con la bolsa vacía

II- TENGO JUSTO LO QUE NECESITO
A- No podés llenar tu bolsa de cualquier cosa
B- No podés llenar tu bolsa de piedras decorativas
C- No podés llenar tu bolsa de ideas y sueños solamente

III- TENGO LO QUE CONOZCO Y DOMINO
A- No podés luchar con elementos que te son extraños - 1ª Sam. 17:38-40
B- No podés luchar con elementos que oíste nombrar
C- No podés luchar con elementos que no has utilizado antes - 1ª Sam. 17:34-37

Conclusión:
A- El conquistador se hizo visible – vs. 55
55 Anteriormente Saúl, al ver a David enfrentarse con el filisteo, le había preguntado a Abner, general de su ejército: —Abner, ¿quién es el padre de ese muchacho?
—Le aseguro, Su Majestad, que no lo sé.

B- El conquistador dejó de ser un “muchacho” – vs. 56-58
56 —Averíguame quién es —le había dicho el rey.
57 Tan pronto como David regresó, después de haber matado a Goliat, y con la cabeza del filisteo todavía en la mano, Abner lo llevó ante Saúl.
58 —¿De quién eres hijo, muchacho? —le preguntó Saúl.
—De Isaí de Belén, servidor de Su Majestad —respondió David.

C- El conquistador recibió reconocimiento – 18:1-7
1-2 Una vez que David y Saúl terminaron de hablar, Saúl tomó a David a su servicio y, desde ese día, no lo dejó volver a la casa de su padre. Jonatán, por su parte, entabló con David una amistad entrañable y llegó a quererlo como a sí mismo.
3 Tanto lo quería, que hizo un pacto con él:
4 Se quitó el manto que llevaba puesto y se lo dio a David; también le dio su túnica, y aun su espada, su arco y su cinturón.
5 Cualquier encargo que David recibía de Saúl, lo cumplía con éxito, de modo que Saúl lo puso al mando de todo su ejército, con la aprobación de los soldados de Saúl y hasta de sus oficiales.
6 Ahora bien, cuando el ejército regresó, después de haber matado David al filisteo, de todos los pueblos de Israel salían mujeres a recibir al rey Saúl. Al son de liras y panderetas, cantaban y bailaban,
7 y exclamaban con gran regocijo: «Saúl destruyó a un ejército, ¡pero David aniquiló a diez!»

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