29 También les dijo: «Yo les doy de la tierra todas las plantas que producen semilla y todos los árboles que dan fruto con semilla; todo esto les servirá de alimento.
30 Y doy la hierba verde como alimento a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo y a todos los seres vivientes que se arrastran por la tierra.» Y así sucedió.
31 Dios miró todo lo que había hecho, y consideró que era muy bueno. Y vino la noche, y llegó la mañana: ése fue el sexto día.
4 Cuando Dios el Señor hizo la tierra y los cielos,
5 aún no había ningún arbusto del campo sobre la tierra, ni había brotado la hierba, porque Dios el Señor todavía no había hecho llover sobre la tierra ni existía el hombre para que la cultivara.
6 No obstante, salía de la tierra un manantial que regaba toda la superficie del suelo.
7 Y Dios el Señor formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente.
8 Dios el Señor plantó un jardín al oriente del Edén, y allí puso al hombre que había formado.
9 Dios el Señor hizo que creciera toda clase de árboles hermosos, los cuales daban frutos buenos y apetecibles. En medio del jardín hizo crecer el árbol de la vida y también el árbol del conocimiento del bien y del mal.
10 Del Edén nacía un río que regaba el jardín, y que desde allí se dividía en cuatro ríos menores.
11 El primero se llamaba Pisón, y recorría toda la región de Javilá, donde había oro.
12 El oro de esa región era fino, y también había allí resina muy buena y piedra de ónice.
13 El segundo se llamaba Guijón, que recorría toda la región de Cus.
14 El tercero se llamaba Tigris, que corría al este de Asiria. El cuarto era el Éufrates.
15 Dios el Señor tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara,
16 y le dio este mandato: «Puedes comer de todos los árboles del jardín,
17 pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás.»
18 Luego Dios el Señor dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.»
19 Entonces Dios el Señor formó de la tierra toda ave del cielo y todo animal del campo, y se los llevó al hombre para ver qué nombre les pondría. El hombre les puso nombre a todos los seres vivos, y con ese nombre se les conoce.
20 Así el hombre fue poniéndoles nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales del campo. Sin embargo, no se encontró entre ellos la ayuda adecuada para el hombre.
21 Entonces Dios el Señor hizo que el hombre cayera en un sueño profundo y, mientras éste dormía, le sacó una costilla y le cerró la herida.
22 De la costilla que le había quitado al hombre, Dios el Señor hizo una mujer y se la presentó al hombre,
23 el cual exclamó:
«Ésta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne.
Se llamará "mujer" porque del hombre fue sacada.»
24 Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser.
25 En ese tiempo el hombre y la mujer estaban desnudos, pero ninguno de los dos sentía vergüenza.
B- Lectura escrito anónimo
Están los que usan siempre la misma ropa,
Los que llevan amuletos,
Los que hacen promesas,
Los que imploran mirando al cielo,
Los que creen en supersticiones...
Pero también están los que siguen corriendo cuando les tiemblan las piernas,
Los que siguen jugando cuando se les acaba el aire,
Los que siguen luchando cuando todo parece perdido,
Los que siguen amando despuès de la traición,
Como si cada vez fuera Esa vez,
Convencidos de que la vida está hecha de desafíos.
Sufren pero no se quejan, porque saben que el dolor pasa,
El sudor se seca, el cansancio termina,
Y el corazón ama nuevamente.
Pero hay algo que nunca desaparecerá:
La satisfacción de haberlo logrado
En sus cuerpos hay la misma cantidad de músculos,
Y en nuestras venas corre la misma sangre,
Lo que nos hace diferentes es el Espíritu,
Nuestra determinación por lograrlo,
Lograrlo no superando a los demás,
Sino superándose a Uno Mismo.
I- EL CONOCIMIENTO DE NUESTRO ORIGEN (¿De dónde vengo?)
A- Vengo de Dios
1- De su volutad
2- De su planificación
3- De su imagen y semejanza
B- Vengo de Adán
1- Perfecto hombre, sin complejos, sin frustraciones, sin culpas, etc.
2- Perfecta comunión con el creador
3- Perfecta conciencia
C- Vengo del Edén
1- Lugar de pleitud
2- Lugar de perfecta armonía
3- Lugar de abundancia
II- EL CONOCIMIENTO DE NUESTRO PROPOSITO (¿Para qué estoy?)
A- Para dar gloria a Dios
B- Para manifestar la imagen de Dios
C- Para servir a los propóstios de Dios
III- EL CONOCIMIENTO DE NUESTRO DESTINO (¿A dónde voy?)
A- Somos gente de destino
B- Por eso es tan importante conocer el beun camino, para llegar a nuestro destino
C- El destino final, Cristo, la esperanza de gloria
Conclusión:
A- Cuando estoy reconciliado con Dios...
B- Cuando conozco y compredo mi orígen, mi propósito y mi destino...
C- Estoy en condiciones de vivir en esa armonía interior que me permite disfrutar plenamente de todas las bendiciones de Dios.
D- Los complejos, las culpas, los traumas, las frustraciones, la no aceptación, son producto de no comprender estas verdades.
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