RESTAURACION ESPIRITUAL
Texto: Jeremías 15:15-21
Introducción:
Esto no sucede de un día para el otro sino que es un proceso que nos va corriendo sutilmente de nuestra posición, hasta que finalmente caemos en la cuenta de que algo no está funcionando bien y que algo tenemos que hacer para revertir la situación.
En este pasaje de jeremías encontramos algunas claves de este proceso y su necesaria e imprescindible restauración.
Vamos a tratar de rescatar algunas lecciones que nos ayudarán a comprender nuestra situación o nos servirán para ayudar a otros.
I- HAY UN DESGASTE
15 Tú comprendes, Señor; ¡acuérdate de mí, y cuídame! ¡Toma venganza de los que me persiguen! Por causa de tu paciencia, no permitas que sea yo arrebatado; mira que por ti sufro injurias. 16 Al encontrarme con tus palabras, yo las devoraba; ellas eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, Señor, Dios Todopoderoso.
Este es un peligro latente tanto en el ministerio como en la vida cristiana, ojo cuando nos damos cuenta que lo que antes nos producía gozo y alegría ahora demanda de nosotros un gran esfuerzo y a veces hasta nos resulta pesado.
17 No he formado parte de grupos libertinos, ni me he divertido con ellos; he vivido solo, porque tú estás conmigo y me has llenado de indignación.
18 ¿Por qué no cesa mi dolor? ¿Por qué es incurable mi herida? ¿Por qué se resiste a sanar? ¿Serás para mí un torrente engañoso de aguas no confiables?
Este tipo de preguntas lleva implícita la idea de “yo no tengo nada que ver, yo no hice nada malo para estar así, ¿por qué a mí?“.
Es una manera muy “espiritual“ de evadir la responsabilidad que tenemos en cuanto a mantener nuestra relación personal y nuestra comunión con el Señor en un estado óptimo.
19 Por eso, así dice el Señor: «Si te arrepientes, yo te restauraré y podrás servirme. Si evitas hablar en vano, y hablas lo que en verdad vale, tú serás mi portavoz. Que ellos se vuelvan hacia ti, pero tú no te vuelvas hacia ellos.
Si bien el Señor no responde de manera directa sus preguntas, en cada palabra se puede encontrar razones del estado espiritual de jeremías.
El llamado de Dios es al arrepentimiento. Evidentemente había cosas en la vida del profeta que le había hecho equivocar el camino y ahora Dios lo llamaba a volver al camino correcto. Esta actitud es indispensable para ser restaurado y poder servir al Señor eficazmente.
El llamado de Dios es a no hablar en vano. Para ser vocero del Señor debía cuidar cada palabra que saliera de su boca. Cada una de sus palabra debían ser significativas y de mucho valor. Esta actitud al hablar traerá como resultado que Dios vuelva a confiar en nosotros y respalde nuestro ministerio.
El llamado de Dios es a la integridad. La integridad, la firmeza de nuestra posición es la que marcará la diferencia y le dará autoridad a nuestras palabras.
20 Haré que seas para este pueblo como invencible muro de bronce; pelearán contra ti, pero no te podrán vencer, porque yo estoy contigo para salvarte y librarte —afirma el Señor—. 21 Te libraré del poder de los malvados; ¡te rescataré de las garras de los violentos!»
Expresiones como: “invencible muro de bronce“, “no te podrán vencer“, “yo estoy contigo para salvarte y librarte“, “Te libraré“, “te rescataré“; son un seguro impresionante que nos permite encarar cualquier desafío, superar cualquier obstáculo, llevar adelante la visión que Dios puso dentro nuestro y avanzar día a día hacia cosas mayores.
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